19 de mayo de 2014

Gua gua.

Por donde empezar esta historia...
Será tedioso si recito el ya conocido cuento de que mi vieja nos fajaba de chicas o que mi viejo se fue de casa porque no se lo bancaba más ... Quizá sea más bien pertinente que cuente a partir de la primera vez que le levante la mano y recordé mi promesa de chica ("cuando seas más débil que yo, te voy a pegar antes de que me toques").
Podría comenzar -por qué no- con un clásico:
"Había una vez una madre que no quería más a sus hijas por lo cual un día se tomó el palo y se fue. Pero un día un padre un poco más responsable y sordo la obligó a volver a su hogar con promesas de dinero y seguridad financiera a largo plazo. Pero a cambio debían pagar un precio... Siempre un viento resoplaría en el disfuncional hogar recitando las ya conocidas palabras 'Yo no debía de volver, otra no os quedo'".
Es un mucho para un desvelo. Deberíamos de obviar mejor las historias de abandono fraterno: Los hermanos sean unidos, porque ésa es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los tumores mamarios de afuera.

- Work ! You fucking slave
- Yes, madame, like you say.

Basta bebés de llorar antes de tiempo.
Por favor, quiero dormir.

6 de agosto de 2013

A un año de las cosas

Bien podría ser martes. El insomnio, el tabaco, las películas en blanco y negro: todo indicaba que este 13 era martes o viernes (dependiendo del lugar en el mundo). O bien podría ser que simplemente fuera lunes 13 como bien acusaba el calendario. Que fueran las 8.31 de la mañana y que el frío solitario de agosto se hubiera adelantado para nuestro deleite. Que se mantuviera entretenido acribillando tanto hueso polvoriento y soledad mal llevada.
Bien podría ser que no pudiera dormir y que el día no acompañara. Que vos llevaras mas de 7 horas ya despierto y que estuvieras caminando por algún pintoresco lugar pensando en el almuerzo florentino que  estaba esperándote (como estaría haciéndolo yo mientras te escribiera de este lado de las cosas).
Bien podría ser que no me atreviera a escribir ese mail que me habías pedido en donde te contara que era de mi vida ahora que nos separaba un mar. Podría ser que me ganara el miedo, la confusión, la inseguridad, la escena repetida (sobre todo la escena repetida). Que no durmiera por miedo a soñar que te tomo la mano. Que no te hablara por miedo a no poder retractarme de lo que diga. Que no te mire porque de esa forma puedas descubrir mas de lo que quisiera.
Todo eso podría pasar si esto te lo hubiera contando un próximo 13, uno que no cayera martes, ni lunes, ni jueves, inclusive no un domingo. Uno que simplemente cayera en aquel día en que pudiera estar segura, en donde no tuviera miedo, en el que faltaran solo días para vernos, y no más de un mes de quién-sabe-qué. Uno que no se riera de mi. Que me indicara que hoy sí, que ese sería nuestro día, que el amor nos pertenecería, que el miedo se podría ir al carajo y que no existiría lugar en el mundo en el que no pudiéramos estar juntos. Que mis brazos se llenarían de vos y mis sueños nocturnos se descubrirían tranquilos de tanto trauma freudiano y cobardía social.
Todo eso podría pasar aquel día en que dejáramos atrás aquellas calles y aquellos recuerdos, todo ese tiempo inservible, toda esa numerología absurda. Ese día en el que por primera vez en nuestras vidas fuéramos a pertenecernos completamente. Ese día en que aprenderíamos a querernos sin miedo. 


Ese día vamos a ser eternos, mi amor.

14 de mayo de 2013

Cuando los espacios ya no alcanzan y los amigos no consuelan. Siempre están fieles, preparadas para cualquier batalla, las palabras dispuestas a
e
           s

                  c
u
         rr
                                         i
                    r
  s
                                  e .

4 de noviembre de 2012

Allá va, tratando de soltar mi mano para sentirse en libertad como si fuera un niño pequeño y rosado en una juguetería. Mi sueño, una total entelequía, intenta deshacerse(me) de mi mano. Procura soltarme hasta el punto en que ya casi no puedo sentirlo. Se propone escapar y yo lo contengo con todas mis fuerzas. Mi pequeño y único hijo, depositadas en él mis ansias de realizar todo lo propuesto: intenta zafarse, desea huir.
Comienzo a luchar contra su forcejeo y como es lógico es primero el pulgar, como no podía ser otro, el que comienza a flaquear y puedo sentir la incomodidad del agarre en mi mano.
Tiro del brazo de aquello que amo y anhelo seguir teniendo a mi lado y solo consigo que mi dedo indice, como una pistola que se dispara, desista rápidamente ante el ímpetu de su pequeña, frágil manito y se vuelva cada vez mas dificultosa su retención..
Ambos aún tiramos para lados opuestos. Entre gritos y zarandeos trato de pedirle paciencia, que me conceda un poco mas de tiempo, pero es tarde y ya mi dedo homónimo, el limite entre mis expectativas y la realida, cede -puedo percibirlo aminorando su potencia entre el sudor de mi mano y la suya- Me aferro a él con todas mis energías y sin embargo advierto que algo no anda bien en mi plan, que solo retrasoacelero el proceso. El corazón de mi mano, el equilibrio en mi vida, mis restos de fuerza, se quiere soltar, se desliza, se va, queda justo en el limite. Mi dedo medio justo en la punta. Sin ese dedo todo esta perdido...  Deposito todas mis energías en esto.
Es ahora o nunca ...

9 de julio de 2012

Los extremos.

Hoy me condena mi elección sexual. En mi casa soy una torta resentida, en la tuya una paki asquerosa. ¿Es que hoy en día no puedo elegir ser simplemente?
No quiero definirme, no pueden obligarme. Putea todo lo que quieras, discriminame por ser diferente, haceme a un lado. Hoy elijo no elegir tu concepción de géneros. Hoy puedo gritarlo más orgullosa y segura que nunca: amo al ser humano, a cualquiera de ellos y al que logre llegarme le regalo cuerpo y alma.
Levanto la bandera de la sexualidad. Me paso tus convencionalismos por el orto.

13 de junio de 2012

Parada ante aquel pequeño negocio, Laura se había dispuesto a esperar que el kioskero terminara de conversar con aquel señor de lentes grandes y pensamientos oscuros sobre la muerte de aquel cantante que durante tantos años había alegrado a su público.
- Un philips box, por favor- Dijo con su voz entrecortada.
Esperando el 8 en frente del parque Rivadavia decidió encender un cigarrillo. El primer cigarrillo de todos aquellos que fumaría sola durante los próximos 40 días.

8 de junio de 2012

El tiempo ya paso y estamos tan saturados de humo, honey, que no lo creerías. Un último trago para vos, un último trago para mi. Y como siempre este pequeño blues que acompaño la velada.
Abriguémonos que está cerrando el lugar y afuera está frió.
Dejemos que este whisky decida quién de los dos tiene que pagar.